domingo, 5 de abril de 2009

Que si es o no es... (Y a mi que chu...)

Como respuesta a: "Kina no es peruana" publicado en Deporte Total por alguien que no deberia escribir de deportes.


Lamentamos uno tras otro partido de fútbol donde juegue nuestra decadente selección. Pero ahí estamos, acelerando los motores del auto a gas (de dudosa procedencia), ayudando a aumentar el caos nocturno en las calles limeñas a previos minutos de una nueva masacre pelotera. Mandando improperios a los chilenos, brasileros, y a las Antillas grecorromanas con asilo político en Uzbekistán. Siempre con nuestra ya percudida camiseta llena de franja y de algunas manchas cerveceras. Somos masoquistas y nos gusta serlo. No hay más.

Pero, ¿que pasa cuando una deportista destacada, es decir, no futbolista, boxeadora, mujer, con una personalidad avasallantemente marciana, se infiltra en la boca de todos de un día para otro, sin -ni siquiera- saber que existía tal personaje, y además por un motivo tan importante e inusual como el haber conseguido un campeonato mundial? Pues la respuesta esta casi cantada: una generalizada envidia típica perucha basada en un nacionalismo hipócrita que no lo practican ni en sus casas, pero que tratan aparentarlo como un dogma casi cotidiano.

Es que es para reventarnos con un cuetón de mecha gruesa. Sobre todo, porque con falsas muestras de patriotismos baratos se trata de menoscabar los esfuerzos personales de aquel deportista que se ve obligado a hacerse por si solo (o sola, en este caso) por el simple hecho que aquí, en el Perú, no existe un apoyo verdadero al atleta. El que quiere sobresalir, el que necesita demostrar sus capacidades, el que desea mejorar, entrenar, formarse, y ser alguien en el campo del deporte, tiene que, aunque no le guste, buscárselas, salir al exterior, nutrirse y tratar de ser el campeón de “sus sueños”; porque creanme que nadie mas que de el (o ella), los son. No nos subamos al coche, chocheras.

He aquí las tan grandes jaladas de pelos, donde muchos se quedaran con pocos sino bajan a tierra y cambian karmas machistas y atropelladas envidias por reconocimientos sinceros (o solamente, por quedarse calla’o la boca – siendo quizá eso mejor-). Es que el peruano es así, somos así. Nos gusta meternos cabe cuando vemos al otro arriba, buscamos mil peros para tirárnoslo al suelo. Pues ya quisiéramos.

Por ende, ¿por que hacerse tanto lío ante un: “No he peleado ni por Perú ni por nadie, he peleado por Kina Malpartida” (sobre todo, declarándose, en días donde se discutían si le tocaban o no los empolvados y oxidados laureles de Woodman, Dibos y cuanto otro, que casi nadie logra)?

Si el IPD y las federaciones no pueden sustentar entrenamientos, viajes de preparación, entrenadores probos (no cualquier cosa para salir del paso), ¿Qué hacer? ¿Meterse en la cama y renunciar a los sueños de ser una verdadera campeona mundial, porque a cierto grupo de opinión le parece que si no se hacen aquí, simplemente, no son de aquí?

Haberse tenido que alejar del país al cual pertenece pero donde no se le dio las facilidades de ser quien quería ser (y hablo en titulo general), no significa que no sea propia de su tierra, que no la ame, que no sienta orgullo de ella. No por eso tendría que rechazar ese short bicolor que tanto merece, ni tendría que dejar de comer papa amarilla ni oyuquito con charqui. ¿O el que no encuentra empleo –con CV bajo el brazo- y se va del país, obteniendo otras nacionalidades como requisito para que no lo regresen, deja de ser peruano y no digno de señalarlo –o auto señalarse- como tal?

Es entonces, que, llevado por dobles morales, renegados e infelices comentarios y atacando mas que de manera “procaz” a Kina por no pertenecer a la “peruana promedio” en temas de “humor” y “orígenes genéticos”, uno que otro –dicese- periodista, no tuvo mejor tino que despotricar lo difícil que seria “clavarle la bandera peruana a la boxeadora mas fotografiada de la historia del Perú”. Y yo le respondo (a lo rey de España): ¿Por qué no te la clavas tú?

Es más que un honor, con un IPD y federaciones deportivas subdesarrollados, además de políticas deportivas cada vez más coactadas, tener una o mil Kinas mas enmarcadas en el alto del Estadio Nacional. Pues es obvio asegurar que si esta no hubiera salido a lucharla fuera, el último nombre en estamparse habría seguido siendo el de Lucho Horna, quien siempre viste de cualquier color menos de rojiblanco, entrena en Argentina y no se le pretende clavar cual Neil Armstrong al llegar a la Luna, ningún tipo de ornamento patrio. No hay propiedades, solo derechos.

Es un favor que se nos hace. Hoy el Perú, gratis, tiene una campeona mundial de boxeo. Y eso se lo debemos a ella, solo a ella.